Cuando llegué a Alemania, pensaba que con aprender alemán sería suficiente para integrarme. Pero pronto descubrí que aquí la verdadera integración llega cuando sabes hacer la declaración de la renta. Porque más allá del idioma, hay todo un universo paralelo: el lenguaje de los impuestos.
Uno de los primeros choques fue ver que el sueldo que aparece en tu contrato no es realmente el que verás en tu cuenta bancaria. Entre un 30% y un 45% del salario bruto se va en contribuciones e impuestos varios. Y aunque sí, todo eso financia un sistema de salud, pensiones y protección social muy sólido, la impresión de “¡pero si casi la mitad desaparece!” es inevitable.
Y luego empiezan los impuestos curiosos. Como el famoso Soli1, ese suplemento solidario que nació en 1991 para financiar la reunificación alemana tras la caída del Muro. Iba a ser temporal, pero como tantas cosas en el mundo de los impuestos… se quedó. Técnicamente, en 2021 dejaron de cobrarlo a la mayoría de contribuyentes, pero si ganas por encima de cierto umbral (unos 62.000 euros anuales), sigue aplicándose. Es un 5,5% extra sobre lo que ya pagas de impuesto de la renta. O sea, más aún.
O el Kirchensteuer, el impuesto religioso. Al llegar a Alemania y hacer el empadronamiento (Anmeldung), te preguntan si perteneces a una religión. Y si marcas que sí (por ejemplo, católica o protestante), automáticamente te inscriben para pagar entre un 8 y un 9% adicional sobre tu impuesto de la renta. Este dinero va directamente a la Iglesia correspondiente. ¿Quieres dejar de pagar? Pues hay que hacer un proceso oficial de salida (llamado Kirchenaustritt2) que, dependiendo del estado, puede costar dinero y requiere ir al registro civil a declararlo formalmente.
Luego está el Rundfunkbeitrag, la tasa para financiar la televisión pública. No importa si no tienes tele, si solo ves Netflix o si vives en una cabaña desconectada: mientras tengas una dirección en Alemania, pagas. Son 18,36 euros al mes por hogar. Y sí, aunque solo uses tu móvil para ver memes, estás contribuyendo a la cultura audiovisual del país.
Y hay más. El café, por ejemplo. Aquí no solo te despierta por las mañanas, también viene con su propio impuesto especial. Por cada kilo de café molido o en grano, se pagan 2,19 euros extra. Si es instantáneo, aún más: 4,78 euros el kilo. ¿Por qué? Misterios del sistema fiscal alemán.
¿Tienes perro? Otro impuesto. ¿Brindas con champán? También. ¿Tienes una máquina tragaperras en tu bar? Pues claro que Hacienda quiere su parte. Incluso la cerveza, tan sagrada en Alemania como el pan o las bicicletas, tiene su propio impuesto especial, aunque es bastante moderado.
Y así, poco a poco, vas entendiendo que Alemania no es solo el país de la cerveza, las normas, la burocracia y el pan. También es un país donde el sistema fiscal está presente en casi todos los aspectos de la vida.
Entre una cosa y otra, no es raro que una parte considerable de tu sueldo desaparezca antes de que puedas disfrutarlo. Pero, al menos, puedes consolarte sabiendo que no estás solo: aquí, pagar impuestos es casi un deporte nacional.
Soli es la abreviatura de Solidaritätszuschlag, se introdujo como apoyo financiero a las regiones del este del país.
Literalmente, salida de la iglesia
Me ha causado mucha curiosidad tu artículo, Marta, porque esta "educación" sobre impuestos es algo que se sabe? La gente es consciente? A mí me da la sensación de que en España también existen pero no somos tan conscientes, como que están "escondidos", porque el tema de la TV pública también existe, el impuesto de la cerveza... es el iva? El impuesto de las basuras está añadido a la factura del agua (al menos en Barcelona, que a veces la incrementa un 150%!)
Lo de la religión, aparece en la declaración (el procedimiento es diferente y no obligatorio, supongo).
Ahora, me alegro de que aquí no haya impuesto por tener un animal😅
Como autónoma, tengo mucha curiosidad sobre las condiciones de los autónomos, si también pagan tanto como en España, pero ya lo buscaré.
Gracias por compartir! Super interesante!!
Las sorpresas que uno se lleva cuando migra (y que muchas veces no teníamos ni contempladas)🫠🫠