Esta semana, un compañero de trabajo que vive por la zona del Allgäu me habló de los Funkenfeuer1, una tradición que me trasladó inmediatamente a mi ciudad natal: Valencia.
Esta tradición arraigada en la región de Allgäu y otras áreas de la cultura suabo-alemánica, que simboliza el fin del invierno y la bienvenida a la primavera. Tiene lugar el primer domingo de Cuaresma, conocido como Funkensonntag, justo después del Miércoles de Ceniza. Semanas antes del Funkensonntag, las comunidades locales, especialmente los jóvenes, se dedican a recolectar materiales combustibles como madera de demolición, palés, ramas y, tradicionalmente, árboles de Navidad desechados. Estos materiales se utilizan para construir una gran pila de madera, que puede alcanzar alturas de hasta 10 metros o más. En la cima de esta estructura se coloca una figura hecha de paja y telas viejas, conocida como Funkenhexe (bruja del Funken), que representa el invierno y los malos espíritus que se desean ahuyentar.
Al anochecer del Funkensonntag, las comunidades se reúnen alrededor del Funkenfeuer. Con gran expectación, el Funkenkasper, una figura tradicional que lidera la ceremonia, enciende la hoguera con una antorcha. A medida que las llamas crecen, consumen la Funkenhexe en la cúspide, lo cual es visto como una señal positiva de que el invierno está siendo expulsado y la primavera está en camino.
Durante la celebración, es común que los asistentes disfruten de bebidas calientes como ponche dulce y schnapps, así como de dulces tradicionales llamados Funkenküchle, que son una especie de buñuelos típicos de la región. La atmósfera festiva se complementa con música.
¿Os ha resonado algo?
Para mí, fue imposible no ver el paralelismo con otra fiesta de fuego muy conocida: las Fallas de València. Aunque las Fallas tienen un carácter más festivo y artístico, la esencia es la misma: la quema de monumentos como un acto de purificación y renovación. En Valencia, los ninots de cartón piedra representan personajes de la actualidad en tono satírico, y la cremà del 19 de marzo simboliza el paso del tiempo, la burla al poder y el renacer de la ciudad en cada primavera.
Curiosamente, el Carnaval de Colonia también comparte esta tradición de la sátira, aunque en vez de quemar las figuras, las exponen en los desfiles. Durante los días de Karneval, enormes carrozas con figuras cómicas recorren la ciudad, caricaturizando a políticos, celebridades y temas de actualidad. Es un carnaval donde la burla y la crítica social tienen un papel clave, muy parecido a lo que ocurre en las Fallas.
En realidad, el Funkenfeuer no es la única tradición en Alemania donde el fuego marca el fin de una etapa y el inicio de otra. En el norte, el Biikebrennen ilumina la costa frisona cada 21 de febrero, despidiendo el invierno con hogueras que antaño servían para guiar a los marineros. Unas semanas después, en la noche de Pascua, las Osterfeuer reúnen a familias y amigos en torno a las llamas, en un ritual de luz y renovación. Y cuando abril llega a su fin, la Noche de Walpurgis convierte las montañas del Harz en un espectáculo de fuego y misterio, con hogueras y brujas danzantes celebrando la llegada de la primavera.
Ya sea en el sur de Alemania, en las costas del norte o en mi Valencia, el fuego siempre ha sido un símbolo de transformación, de cerrar un ciclo para dar paso a lo nuevo. Porque, al final, la tradición de ver arder lo viejo para renacer con más fuerza es algo que nos une más de lo que imaginamos.
Fuego de Chispa
Me encantan todas estas festividades que, al final, vienen inspiradas en fiestas paganas. Fíjate que todas las fiestas religiosas están acompañadas por un solsticio que, a su vez, son celebraciones más ancestrales, conectadas a la naturaleza. Y el fuego es un elemento clave para purificar lo que está por venir.
En algunas partes de España las seguimos celebrando en diferentes momentos del año aunque la Iglesia se apoderara de los festivos oficialmente. Pero me encanta ver cómo, al final, estamos muy conectados por esas tradiciones, de una forma u otra, con nuestros vecinos (Europa, vaya, que en su época las corrientes migratorias de sus pueblos fueron enriqueciendo las tierras a lo largo y ancho del territorio indoeuropeo).
Gracias por compartir esta conexión y similitud. Al final, las fallas en su origen seguramente fueron creadas con el mismo pretexto, no? (¿quizá?)
(A mí me encantó descubrir que eso de que los catalanes demos golpes a un tronco para que "cague" regalos en Navidad, viene de dar golpes a un tronco en el hogar para que salten chispas y avivar el fuego, cosa que en su época sería un gran regalo! y fuego de nuevo!!)
¡Me encanta! 🎇 Estamos conectados 🫶🏼