Una de las cosas que más me gusta de vivir en Alemania es que, incluso después de más de diez años aquí, sigo descubriendo cosas nuevas. A veces es una palabra que nunca había oído, otras una costumbre que pasa desapercibida… y de vez en cuando, una tradición que, aunque llevaba años oyendo nombrar de lejos, de pronto se presenta ante mí.
Este año, por fin, vi una que llevaba tiempo escuchando: los fuegos en las montañas por el solsticio. Fue el sábado 21 de junio1, desde un barco en el lago Constanza. Desde el agua, se veían pequeñas luces que parpadeaban en lo alto de las montañas. Fuegos encendidos para celebrar el cambio de estación. Y algo dentro de mí — la adolescente que iba a la Malvarrosa a saltar las olas en San Juan— se emocionó.
Como ya conté en la entrada sobre el Funkenfeuer2, muchas tradiciones centroeuropeas tienen raíces antiguas, paganas, que el cristianismo supo integrar. En este caso, las hogueras se encienden por San Juan (Johannisnacht), en torno al 24 de junio. Se las conoce también como Johannisfeuer o Sonnwendfeuer3, porque su simbología está estrechamente ligada al fuego, el sol y la noche más corta del año. Se encienden sobre todo en lo alto de las montañas —como símbolo solar—, y tienen un valor tanto espiritual como popular.
A esta tradición se le atribuyen muchas funciones: símbolo de purificación, ritual de fertilidad, protección contra enfermedades, granizo o espíritus malignos. En algunos pueblos incluso se queman figuras de paja (Hanslverbrennen), y hay quien se atreve a saltar las hogueras para asegurarse salud, suerte o matrimonio. En zonas alpinas, a veces se hace rodar una rueda de fuego por la ladera, representando al sol.
Y aunque estas fiestas hoy sean motivo de encuentro y celebración comunitaria, tienen un fuerte arraigo simbólico y espiritual. San Juan Bautista, cuya figura da nombre a la festividad, es visto como el anunciador de Cristo —“bautizará con fuego y Espíritu”—, y se asocia al fuego y a la luz. No en vano, el fuego en lo alto de los montes se ve como un eco del sol y, al mismo tiempo, una llamada a lo sagrado.
Me impresionó ver cómo esas hogueras en lo alto de las montañas, que hasta ahora solo había oído mencionar, conectaban con otras que conozco bien. Fuego en la playa, fuego en la montaña. Tradiciones distintas que, sin saberlo, se parecen más de lo que creemos. Y la certeza de que aún me queda mucho por descubrir.
día del solsticio de verano
Los fuegos de invierno
los fuegos del solsticio
Donde hayan quedado vestigios del rural, se mantienen algunas de estas tradiciones. Los falós (hogueras) son comunes en las zonas rurales del norte de Italia, el agua de san Juan igual... lo que realmente debería sorprendernos es lo poco que conocemos más allá de las fronteras, y solo cuando vamos a vivir a otro sitio descubrimos que hay muchas cosas en común (e igual esto de Europa sí tiene sentido...). Gracias por contarlo!